30. oct., 2015

Diario Gestión. Enero de 2015.

USMP: 1.5 millones de trabajadores formales en Perú son afectados por violencia contra la mujer

Arístides Vara, autor del informe “Costos Empresariales de la violencia contra las mujeres en el Perú” de la Universidad San Martín de Porres (USMP), estimó que un 1.5 millones de los trabajadores, entre hombres y mujeres, empleados en el sector formal de la economía se ven afectados por la violencia contra la mujer, lo que tiene un impacto en su productividad laboral.

Agregó con el 73% de las pérdidas que genera la violencia contra la mujer en las medianas y grandes empresas peruanas se pueden financiar diez programas sociales del Gobierno.

“La huella de la violencia contra la mujer toma hasta cinco años de recuperación, según estudios clínicos. Una empresa de 20 trabajadores pierde alrededor de US$28 mil de valor agregado por los días laborales perdidos y la falta de productividad de sus empleados afectados por este flagelo”, anotó el investigador de la USMP.

Por su parte, el experto de la Universidad de Connecticut, Jorge Agüero, refirió que la violencia contra la mujer no solo tiene un efecto inmediato sobre el entorno de la víctima, lo más preocupante de este problema social es el impacto que tiene sobre la siguiente generación en el hogar, es decir sobre los hijos e hijas de la familia violentada, indicó

“Hay una alta trasmisión intergeneracional de la violencia contra la mujer que afecta el capital humano, la productividad futura de los trabajadores”, precisó Agüero, autor del estudio ‘Estimaciones causales de los costos intangibles de la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe’ del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Tras reunirse con la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Carmen Omonte, mencionó que los hijos y las hijas de un hogar violento tienen problemas de salud y educación.

“La probabilidad de que sufran diarrea aumenta en un 44%; de que se enfermen de anemia crece un 4.5%; y tienen además un 2.7% de menores posibilidades de recibir oportunamente sus vacunas”, comentó el también investigador del BID.

Por su parte, la ministra Omonte señaló que los estudios de ambos investigadores demuestran el impacto en la economía real de esta problemática, cuyo enfoque habitual ha sido por el ámbito de los derechos.

“Al verse afectada la aspiración concreta de rentabilidad que tiene las empresas, nos va a permitir convertirlas en nuestros aliados efectivos en la lucha contra esta problemática”, afirmó.

30. oct., 2015

Diario Página 7. Bolivia. Marzo de 2014.

Violencia contra la mujer tiene también costos empresariales (Bolivia)

Página Siete / Lâ Paz
La violencia contra las mujeres en relaciones de pareja ocasiona una pérdida empresarial de 3,7% en el Producto Interno Bruto de Perú. Ésa es una de las conclusiones del estudio "Los costos empresariales de la violencia contra las mujeres en Perú”, realizado por el experto Arístides Vara Horna.
La investigación, auspiciada por el Programa Com Vo Mujer de la cooperación alemana GIZ, revela además que una mujer víctima de violencia pierde un sueldo al año entre sanciones por faltas y atrasos; y un hombre victimador, un sueldo y medio.
"Detectado el problema, resta prevenirlo y solucionarlo”, dice el experto peruano que está en Bolivia para realizar un plan de prevención de violencia contra la mujer en la telefónica Viva, que se convierte en la primera empresa latinoamericana en enfrentar este problema.
¿Por qué relacionar dos temas aparentemente disímiles: la violencia contra la mujer y la ganancia empresarial?
Con la idea de la directora del programa Com Vo Mujer, Christine Brendel, de tener a las empresas como aliadas en la prevención de la violencia hicimos el estudio. El objetivo era estimar cuánto les cuesta a las empresas que sus empleadas sufran violencia y cuánto que los hombres agredan a sus parejas. Ése fue el primer paso en 2012.
Este año realizamos el segundo paso: crear un modelo de gestión para prevenir la violencia contra mujeres en las empresas.
¿Cómo lograron los datos? Es difícil que una mujer se confiese víctima y un hombre, agresor.
El estudio se realizó en 211 empresas de cinco ciudades de Perú. Hemos tenido que crear un instrumento y primero enamorar a cada empresa. Al principio, gerencia y recursos humanos negaban el problema porque aceptarlo les daba responsabilidad. Estábamos preparados con herramientas para abordar aspectos éticos en las entrevistas. Lo primero fue conversar con la gerencia usando la estrategia de la agenda oculta. Ya socializado el objetivo, pedíamos acceso a los empleados. A ellos y a ellas se les entrevistó a fondo.
¿Qué reveló el estudio?
Entre los resultados destacamos que los hombres son tan costosos para las empresas cuando son agresores como las mujeres cuando son víctimas. Hemos medido costos empresariales en función del impacto en la productividad.
En primer lugar, la violencia produce serios daños tanto físicos como emocionales en las víctimas. Cuando son físicos, la mujer necesita ir al hospital y eso requiere tiempo, y la empleada llega tarde o falta al trabajo. Lo mismo, el hombre agresor que acompaña al médico a su pareja para que no lo denuncie. Una principal fuente de costo es ausentismo, tardanza y rotación (despido). Pero quizás la principal fuente de costos es el presentismo.
¿Qué es presentismo?
El presentismo es estar en el trabajo, pero no trabajar: estar distraído, producir por debajo del desempeño. Es enorme, un fantasma ignorado por las empresas y es consecuencia de la violencia psicológica en las parejas.
Por ejemplo, la mujer agredida está ajena al trabajo, pensando en su problema. El hombre agresor, también pues si es celoso va a usar recursos de la empresa para seguir a su pareja, por ejemplo. Por estas cosas, las empresas pierden mucho dinero.
¿Cuál fue la reacción de las empresas ante los resultados?
Han quedado sorprendidas y convencidas de que hay que hacer algo. Por eso se está realizando la segunda parte de este estudio que es plantear un modelo de gestión para prevenir la violencia, que va a ser único en el mundo. Proponemos que las empresas que inviertan en este modelo tengan alta rendibilidad.
¿No es inmiscuirse en la vida privada de los trabajadores?
No es meterse en la vida privada de la gente, sino poner lineamientos para el bien común.
Aparentemente esta estrategia refuerza un modelo capitalista que sólo quiere más ganancias empresariales.
Las ganancias no son malas de por sí, más si todos ganamos. Hay un capitalismo bueno y uno malo. El bueno es aquel que usa el capital para crear riquezas para todos. El malo usa riqueza a costa de la pobreza de otros. Aquí buscamos el capitalismo para todos. ¿No gana una mujer con menos violencia, no gana un hombre dejando de ser agresor, no gana una empresas con trabajadores libres de violencia? Las empresas deben pensar en sus trabajadores, no por filantropía, sino porque es un paso estratégico para que crezcan.
¿Cree posible cambiar en una empresa la cultural social y estructural de la violencia?
Cuesta derribar patrones culturales como el machismo y el patriarcado; pero estoy convencido de que el ser humano puede cambiar si tiene voluntad, necesidad y medios para hacerlo.

Viva implementa plan contra la violencia

La empresa Viva es la primera empresa latinoamericana en invertir en modelo de gestión para prevenir la violencia contra mujeres trabajadoras.
"Cada empresa es una realidad diferente y es necesario ver la situación en Viva para elaborar el plan”, dijo el experto peruano Arístides Vara, quien conducirá el plan.
Se prevé que los resultados se tendrán en junio y posteriormente se elaborará una agenda de trabajo en el marco del programa de responsabilidad social Estas vivo .
Vara recalcó que cuatro tesis de ciencias empresariales de Bolivia gozan de becas de Com Vo Mujer para realizar proyectos sociales.

HOJA DE VIDA

Formación Es psicólogo con maestría en gerencia social y doctorado en educación.
Cargo Es director de Departamento de Investigación de la Universidad San Martin de Porres, en su natal Lima .
Investigación Es parte del equipo de Com Vo Mujer de la cooperación GIZ.